DesgastadosSample

¿Qué tanto piensas en tus problemas? ¿Qué tantas vueltas le das en tu cabeza a todo aquello que sientes que está mal? ¿Qué tanto valor y oído le prestas a las opiniones de personas que te hacen daño? ¿Cómo canalizas tus emociones frente a lo que te da impotencia? No puedes tener un alma renovada, descansada y revitalizada si estás permanentemente maltratándola con preocupaciones y repasando historias de terror y desgracia. Hazte cargo de tus problemas antes de que ellos se hagan cargo de ti. Vivir hastiado y amargado por lo que viene sucediendo y atemorizado por lo que crees que va a suceder no te llevará ni a mejorías ni a renovación. Confiar en Dios no es quedarse inerte frente a lo que te hace daño, es tener descanso en Él al mismo tiempo que somos responsables, es decir, hacer nuestra parte y ver a Dios hacer la que solo puede hacer Él. ¿Qué sucedería si empiezas a pensar en soluciones, abrazar las promesas de Dios, alimentar tu fe y actuar conforme a eso? Estar en un sinfín mental respecto de una situación no quiere decir que estés haciendo algo para cambiarla o mejorarla, de hecho, solo estás empeorando las cosas al desgastarte más. Es como convivir con un feo monstruo y, en lugar de tratar de deshacerte de él, lo alimentas y lo cobijas. Te asusta, te hace daño y lo detestas, pero no haces nada para que se vaya, sino que lo mantienes cerca de ti. Eso que está desgastando tu vida requiere de la intervención de Dios y de tu disposición y acción de cambio. El fin de esa historia sin fin, que te da vueltas todo el día y te revuelve corazón, que te mantiene en vilo, que te tiene fatigado y desgastado, empieza al dar un paso hacia el Dios de paz y continuar haciendo lo que tienes que hacer para conservar esa paz. Dirige todas las cosas hacia Él, busca Su sabiduría, aplica Su consejo y disfruta Su renovación en tu vida. Es hora de que ese sinfín se detenga; de que ese carrusel de preocupaciones, hastío, frustración y desgaste, que hay en tu corazón, se acabe. Concéntrate en Dios para ayudarte y acompañarte mientras haces los cambios necesarios. Busca tu paz y síguela.