DesgastadosSample

¿Es malo estar ocupados? No, la verdad no lo es, lo malo podría ser estar ocupado en las cosas equivocadas o estar ocupados en las cosas correctas pero afanados por las mismas. ¡Eso si es perjudicial! Cuando vives con excesos de ocupación y preocupación, se produce un desgaste erosivo en tu vida que te merma poco a poco, que te deja extenuado, que te lleva a un punto donde sabes que no puedes más, pero crees que no puedes ni debes parar. Esto viene asociado con un altísimo precio. Te quiebras físicamente, sientes el daño emocional, te disminuyes espiritualmente, empiezas a experimentar cosas como irritación, frustración, decepción, apatía y más. Es probable que estés ocupado en muchas carreras, haciendo lo necesario por y para “vivir” y que todo esto sea por una “buena razón”; sin embargo, aun así, aunque hagas lo bueno por una buena razón, el exceso siempre es malo. Los limites existen por algo y Jesucristo lo sabía perfectamente, por eso nos da ejemplo al respecto al guiar a sus discípulos hacia una pausa necesaria: “Y como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús les dijo:  --Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco”. Marcos 6:31. ¡Qué interesante propuesta! Ya que estamos demasiado ocupados, hagamos tiempo para descansar. La pausa era una acción prioritaria, no la opción para tomar cuando ya estuvieran destruidos y no pudieran más. Eso sí, no era un alto para vagar o para detenerse y permanecer igual mentalmente, fue una pausa para tener tranquilidad y descanso, es decir, tener reposo. En ocasiones estamos tan ajetreados que nuestra mejor opción es detenernos. Seguramente, la mayoría de nosotros trataríamos de llevarle la contraria al Señor, le diríamos que comamos algo rápido y que, mientras lo hacemos, aprovechemos para hablar de los pendientes, ya que no hay tiempo que perder. El descanso no es tiempo perdido, de hecho, es un tiempo necesario que nos ayuda a reponernos y que nos permitirá llegar a ser realmente efectivos; además, tenemos tiempo para lo que elegimos tener tiempo. Tú tienes control sobre tus horas, no al revés, no eres un esclavo del tiempo. Al final, el tener descanso en el alma y renovar nuestro corazón es un asunto de confiar verdaderamente en Dios. Decide que tu mundo entero dependa de Él y no de ti. Experimentar el reposo de Dios no es el resultado de condiciones externas favorables sino del aumento de la confianza en Dios dentro de tu corazón. En medio de una vida sobreexigida, con tanto por hacer y cumplir, con tantos obstáculos por vencer, estando cansado y sintiendo que, a pesar de que te estás desgastando, no puedes parar, permite que Dios te ayude, detente para encontrar el reposo que solo Él te puede brindar.