El Velo De La FeSample

# Oración de fe "Es, pues, la fe la certeza de los que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). En estos últimos tres días, leímos acerca de la fidelidad del Padre hacia los jóvenes a través del libro de Daniel. A pesar de las incertidumbres, las falsas acusaciones y amenazas de muerte que cada uno enfrentó, aprendemos que la mejor postura que podemos tomar es la de cegarnos y armarnos con El Velo de la Fe. Es solo de esa forma que lograremos caminar en lo sobrenatural, aun viviendo en lo natural. La fe da por seguro lo incierto; ella es ciega ante los “no” de la vida, y su mejor refuerzo es la imposibilidad, usándola para remontarse sobre las alturas inalcanzables, aquellas que son más deseadas por toda criatura, pero pocas veces alcanzadas por la incredulidad. Tener fe es saber que puedes morir, pero creer que vas a vivir. Tener fe, es cargar una promesa invisible en tu vientre, como un bebé; al preservar su vida por meses, soportar náuseas, mareos, imbalances en el cuerpo y sobrellevar un parto doloroso y duradero, y aún así decidir guardar su vida, podrás abrazar y disfrutar del fruto de tu sacrificio y carácter perseverante. Hoy puede que tu circunstancia pinte tu vida como una historia de terror, mas hay una verdad que vence tu realidad, y es la historia que fue escrita desde el principio por el Todopoderoso. Mediante la fe, la convicción de lo que no se ve, aférrate a la promesa que el Padre te ha entregado, de que la gloria postrera sobre tu casa será mayor que la primera. No mires el hoy, no mires el ahora, mira hacia el mañana como el Eterno lo ha visto; bueno, agradable y perfecto. Te aseguro que aunque arda el fuego, no te quemará, y aunque rujan los leones, los podrás domar. Esto es creer. Esto es vida. Esto es fe. Te invito a que puedas sellar este devocional con esta oración: Padre Eterno, Padre Bueno, acércame a Ti. ¡Enlaza mi corazón al Tuyo! Que nada de lo que viva rompa nuestro lazo, nuestra unión perfecta y cercana. Permíteme ver en los procesos lo que puedo aprender y no lo que puedo perder. Que mi vista no nuble tu propósito en mi vida, aquel de hacerme crecer a través de lo que vivo. Aumenta mi fe. Cégame y enmudéceme cuando sea tentado a huir de mi crecimiento disfrazado de proceso. Hoy me visto de Tu armadura, me aferro a Tus promesas y me vendo con el Velo de la Fe para no ser engañado. Mi corazón es Tu hogar, y mi mente Tu campo. Te doy libertad de sembrar en mí toda semilla celestial y buena, como sé que deseas hacer. También te pido que arranques toda semilla que no proviene de Ti. Declaro mi vida un reflejo Tuyo, tanto en amor como en fe. Eres mi deseo, mi gran trofeo, y doy gracias por lo que ya estás haciendo; porque en este momento mi fe va en aumento. ¡Te amo, Jesús! En Tu nombre poderoso, amén.